Alopecia durante y después del embarazo

Tras el embarazo, es frecuente entre las mujeres que noten una pérdida de cabello más intensa de lo habitual. A esto se lo conoce como efluvio telógeno post parto, un tipo de alopecia. Incluso tras varios meses tras el parto, las mujeres pueden sufrir una pérdida más o menos intensa del cabello.

Durante el embarazo, el cuerpo pasa por muchos cambios hormonales, sobre todo en las hormonas sexuales, lo que puede llegar a provocar alopecia femenina durante los meses posteriores al parto. Afecta a un porcentaje muy elevado de mujeres, casi a un 75% de las que han sido madres. Una situación que puede prolongarse durante varios meses, incluso un año, después del parto.

Lo normal es que la densidad del cabello se haya recuperado, como mucho a los doce meses. Pero esta caída del cabello posparto, puede verse aumentada por el estrés y la acción de factores hormonales. La secreción de prolactina con la lactancia materna es uno de los que pueden influir en la caída del cabello.

Causas de la alopecia post-parto y algunos consejos para minimizarlo:

La alopecia postparto es inevitable, ya que el origen del mismo es hormonal. El estrés del mismo parto, la disminución de hierro, una mala alimentación y el estilo de vida también pueden influir para que esto se produzca, así como la pérdida de sangre que se produce durante el parto (vaginal o cesárea) al desprenderse la placenta. La ventaja de este tipo de pérdida de cabello es que si seguimos el consejo de un especialista, la caída se verá frenada y minimizada en corto espacio de tiempo. Si no se sigue ningún tratamiento, el cabello se recuperará de forma natural pero dejará una masa capilar inferior a la que se tenía antes del embarazo y el parto.

Por todo ello es recomendable seguir los siguientes consejos para minimizar los síntomas:

  • Seguir una dieta equilibrada y con un alto contenido de proteína, será fundamental.
  • Un estilo de vida saludable que incluya el ejercicio físico, te ayudará a mantener un pelo fuerte y sano.
  • Minimizar el uso de secadores, planchas para el pelo y tintes de cabello.
  • Usar un champú y acondicionador de calidad y adecuado a tu tipo de pelo y cuero cabelludo.
  • Cepillar el cabello con cuidado. Utilizar un cepillo o peine que no tire del cabello.

Fuente: mimuselina.com