¿Chupete para el bebé?

El bebé tiene el reflejo innato de succionar, incluso las ecografías demuestran que en el vientre materno ya chupa su dedo. Sin embargo, el uso del chupete es decisión personal de los papás. Te contamos los SÍ y NO del uso del chupete.

SI

• Reduce el riesgo de muerte súbita hasta en un 90%, al estimular el desarrollo de los caminos neuronales que controlan la potencia de las vías respiratorias superiores, según el estudio realizado por la American Academy of Pediatrics.

• Calma al bebé cuando está nervioso o ninguna otra cosa parece funcionar. El uso del chupete satisface el reflejo de succión y a la vez reproduce la sensación de tranquilidad y seguridad que el bebé experimenta al mamar.

• Ante molestos cólicos, se recomienda especialmente el uso de chupete. Tranquiliza al bebé y ¡a los padres!, derribando la creencia de que con el chupete el niño traga más aire, relacionado con la producción de gas en el intestino.

• El bebé permanece más tiempo tumbado boca arriba antes de dormir, tal como recomiendan los pediatras.

• Reduce el riesgo de caries, a la vez que reduce la dependencia del bebé al biberón, evitando la toma prolongada de líquidos, lo que reduce el riesgo de caries futuras.

NO

Menor crecimiento maxilar: Hábitos de succión no nutritiva como chupete y pulgar se relacionan con la comprensión del maxilar y deformaciones del paladar que, en ocasiones, se corrigen suspendiendo el uso del chupete.

• Interferencia con la lactancia materna: La succión del chupete, diferente a la del pezón, podría dificultar el aprendizaje de la técnica de la lactancia materna. Así, el bebé satisface parte de sus necesidades de succión con métodos no nutritivos y al no estimular el pezón materno durante tiempo suficiente, éste deja de producir leche.

• Otitis media aguda: El hábito de succión frecuente aumenta la producción de saliva, importante medio de transmisión de microorganismos y por lo tanto de infecciones respiratorias y virales. La colonización de las mucosas de boca y nasofaringe facilita el transporte de gérmenes al oído medio.

• Candidiasis oral persistente: Frecuente en menores de 6 meses, esta afección se caracteriza por la aparición de placas blancas que cubren el interior de la boca y la lengua. La origina un hongo del grupo cándida y se contrae, entre otros, al llevar a la boca objetos contaminados como el chupete.

Mal aprendizaje del habla: Los cambios en la cavidad oral provocados por uso prolongado del chupete pueden producir alteración en el habla. Hay que impedir, por lo tanto, que el niño tenga el chupete en la boca al comenzar a decir sus primeras palabras.

Fuente: www.todopapas.com
Septiembre 2016