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Conocé algunos de los casos más importantes en Latinoamérica, donde las células madre del cordón umbilical transformaron la vida de niños.

Historias de éxito de nuestro aliado de salud VIDACEL contados por sus protagonistas

El milagro de Lara: su hermanita le salvó la vida con las células madre de su cordón umbilical

María Gutiérrez, madre de Lara, relata cómo su hija venció una leucemia grave gracias a un trasplante de células madre del cordón umbilical donado por su hermana menor, Alma Sofía.

El diagnóstico que cambió nuestras vidas

Lara es nuestra hija mayor. Nació el 12 de agosto de 2019, cuando mi esposo Ricardo y yo llevábamos poco tiempo viviendo en Chile. Habíamos llegado desde Venezuela buscando un futuro mejor para nuestra familia. Lara era una niña que crecía sana y feliz, que disfrutaba de jugar, correr, cantar y bailar.

Todo cambió cuando tenía año y medio. Empezó a tener fiebres frecuentes, hematomas sin motivo y pérdida de apetito. La llevamos al hospital Roberto del Río, donde le hicieron varios exámenes que revelaron que tenía una enfermedad llamada mielodisplasia, esta consiste en un trastorno de la médula ósea que impide la producción normal de células sanguíneas. Los médicos nos explicaron que esta enfermedad podría evolucionar a una leucemia.

Para tratar la mielodisplasia, le indicaron un medicamento llamado azacitidina, que debía recibir cada mes. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados y en uno de los controles mensuales nos confirmaron el peor escenario: Lara tenía leucemia mieloide aguda y necesitaba iniciar un programa de quimioterapias intensivas.

No podíamos creer lo que nos decían. ¿Cómo era posible que nuestra hija tuviera una enfermedad tan grave? ¿Qué iba a pasar con ella?

Los médicos nos explicaron que la leucemia era una enfermedad muy agresiva, que requeriría de un tratamiento urgente e intenso. Nos dijeron que Lara tenía que empezar un programa de quimioterapias, que le ayudarían a destruir las células cancerosas, pero que también le causarían muchos efectos secundarios, como náuseas, vómitos, fatiga, infecciones y pérdida de cabello.

Nos dijeron también que la única esperanza de curación era un trasplante de médula ósea. Por eso, se necesitaba un donante compatible, que podía ser un familiar o una persona no relacionada.

Mi esposo y yo nos hicimos las pruebas de compatibilidad, pero ninguno de los dos era un buen candidato. Tampoco se encontró ningún donante compatible en el registro nacional ni internacional.

Nos sentíamos impotentes y desesperados. No sabíamos qué hacer ni a quién recurrir. Solo podíamos rezar y confiar en Dios.

Una luz de esperanza

Cuando todo parecía perdido, recibimos una noticia que nos llenó de ilusión: estábamos esperando a otro bebé. No lo habíamos planeado, pero fue una bendición. Esta noticia nos abrió una nueva posibilidad: el trasplante de células madre del cordón umbilical.

Nos explicaron que el cordón umbilical contiene células madre, y que éstas células pueden convertirse en diferentes tipos de células, como las de la sangre. Estas células madre pueden usarse para tratar diversas enfermedades, como la leucemia, ya que pueden reemplazar a las células dañadas o enfermas por células sanas.

 El 2 de diciembre de 2022, nació Alma Sofía, y después del parto, se extrajo la sangre del cordón umbilical y la envió al laboratorio de VidaCel, donde la analizaron y la criopreservaron.

El trasplante milagroso

El siguiente paso era verificar la compatibilidad entre las células madre de Alma Sofía y las de Lara. Para ello, se realizó una prueba que mide el grado de compatibilidad entre las niñas y que determina el rechazo o la aceptación del trasplante. Los resultados fueron sorprendentes: había un match perfecto de 100% de compatibilidad entre mis dos hijas. Esto significaba que las células madre de Alma Sofía podían ser trasplantadas a Lara sin riesgo de rechazo.

El 23 de marzo de 2023, se realizó el trasplante en el Hospital Luis Calvo Mackenna ( Santiago de Chile) , donde Lara recibió las células madre de su hermanita. Luego del trasplante, Lara tuvo que permanecer aislada durante varias semanas, para evitar que contrajera alguna infección, ya que su sistema inmunológico estaba muy débil. También recibió quimioterapia para eliminar las posibles células cancerosas que quedarán en su cuerpo y para facilitar que las células madre se integren en su organismo.

Poco a poco, Lara empezó a recuperar la salud y la alegría. Los análisis mostraron que las células madre habían hecho su trabajo y que su médula ósea estaba funcionando correctamente. Su cabello volvió a crecer y su piel recuperó el color. No podíamos creer el cambio tan radical que había experimentado. Lara había vencido la leucemia gracias al trasplante de células madre de su hermana.

Un testimonio de vida

Hoy, Lara tiene cuatro años y disfruta de una vida normal. Juega con su hermana, canta, baila y sonríe. Alma Sofía, que ya tiene un año y medio, es su mejor compañera y su ángel de la guarda. Ambas comparten un vínculo muy especial, que va más allá de la sangre. Son un ejemplo de amor, solidaridad y esperanza.

Queremos compartir nuestro testimonio con otras familias que puedan estar pasando por una situación similar, para que sepan que existe una alternativa que puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

Las células madre del cordón umbilical son un recurso valioso que puede ofrecer soluciones a muchas enfermedades que hoy no tienen cura. Por eso, es importante que las familias conozcan las opciones que existen para preservarlas y utilizarlas cuando sea necesario. No dejes pasar la oportunidad de proteger la salud de tu familia

Mirá el video aquí y conoce a sus protagonistas:

El milagro de Andy

Con tan solo 7 años de edad, Andy recibió un diagnóstico de cáncer. Y sería un trasplante de células madre de la sangre del cordón umbilical de su hermanita lo que cambiaría su vida.

En 2019, Andy comenzó a mostrar síntomas inusuales tras un golpe en la pierna mientras jugaba en Bolivia visitando a sus familiares. Al notar que su moretón persistía y que él estaba perdiendo energía, su madre, preocupada, recorrió varios hospitales en busca de respuestas. Finalmente, en febrero de 2020, los médicos diagnosticaron a Andy con leucemia linfoblástica aguda avanzada, dándole solo un 25% de probabilidades de supervivencia.

Durante el tratamiento en Chile, la familia recibió una noticia inesperada: la madre de Andy estaba embarazada. Inspirada por otras familias que usaron células madre para el tratamiento de sus hijos, decidió preservar las células del cordón umbilical de su futura hija, Eimy. En septiembre de 2021, Andy recibió un trasplante de las células madre de su hermana, una intervención de urgencia que fue su mejor opción para salvar su vida.

Hoy, gracias al apoyo de la doctora Inostroza, su equipo médico y el banco VidaCel que preservó las células madre de Eimy, Andy muestra un 75% de recuperación. Aunque sigue bajo control médico, su familia permanece optimista, agradecida y llena de esperanza.

Mirá el video aquí y conoce a sus protagonistas:


Unidos Por la Vida: información y testimonios brindados en colaboración por VidaCel Chile junto a Protectia Argentina y Paraguay.