El lenguaje que lastima: las burlas

Las burlas pueden ocurrir en cualquier momento y lugar. Es difícil prevenirlas. Causan enojo y frustración en los niños. De tal manera, que a veces ellos no quieren concurrir a algún lugar (jardín de infantes, práctica de deportes, etc).
DEFINICIÓN Y DIFERENCIA CON EL CHISTE

En el diccionario la definición de burla indica que es la acción o palabra con que se trata a una persona o cosa como digna de risa. No es algo positivo o beneficioso, por lo contrario es una forma de agredir, de lesionar la autoestima del burlado. Justamente es en el daño hacia el otro donde se halla la diferencia entre ‘la burla y el chiste’. El chiste es una situación en la que se divierten todos los que participan. En el chiste se ríe ‘con’ y en la burla se ríe ‘de’.

EL MOTIVO

Las burlas aparecen en la infancia y en la adolescencia, principalmente en el jardín de infantes, ya que suele ser el primer lugar donde los niños comienzan a tener contacto diario con pares.
Algunos creen poder ejercer un poder a través de las burlas. Encuentran en ella un recurso para unirse, generar alianzas. Generalmente los burlones son personas impulsivas y con dificultades sociales, específicamente en comunicar sus deseos y sentimientos.
Vale aclarar que el ser humano no nace sabiendo manejar sus impulsos, ni sabiendo comunicar sus sentimientos y deseos, es la educación la encargada de ir formando esos dos aspectos.
A partir de los tres años los niños ya se pueden dar cuenta de lo que causan con una burla, y prueban diferentes tácticas para evaluar el efecto que provocan.

INTERVENCIÓN DEL ADULTO

Ser objeto de las burlas puede provocar sensaciones de malestar, inseguridad y frustración. Si en esas situaciones el adulto no interviene, lo que el niño es posible que sienta es la falta de ayuda, por tal motivo la intervención de los padres, docentes es totalmente necesario para educar al que agrede y al agredido. Hay que formar para la no violencia verbal, ya que la misma tiende a crecer durante los años de la escuela primaria y a la vez es un mecanismo de agresión que puede ser desencadenante de la agresión física.

Para intervenir y educar, el método es el diálogo, la mediación entre ambas partes. La mediación como recurso didáctico / pedagógico que permite colocarse entre dos o más que pelean con el objeto de resolver o suavizar el conflicto.

* Por un lado hay que conversar con el niño/a que agredió: se deben evitar los retos sin ningún contenido, explicarle que eso que dijo o hizo hace daño al otro, no le gusta y que no es divertido. Lo mejor es intervenir justo en el momento de la burla, retomar la situación y ponerlo a él en la situación que él mismo antes provocó, hacerle determinadas preguntas concretas: qué pasó, qué hiciste, por qué, te gustaría que esa burla te la hicieran a vos, te gustaría que se rieran de vos.

Luego de las preguntas es indispensable que el adulto concluya diciendo que hacer burla es malo, que hace mal y que es necesario que vaya aprendiendo a no hacer más burlas. Debemos dejar constancia de que estaremos esperando un cambio positivo en su conducta.

* Por el otro hay que conversar con el niño/a que fue agredido: se debe indicarle que recurra a un adulto cuando esté en problemas así lo ayuda. Contenerlo y conversar también con él a través de diferentes preguntas: qué pasó, qué le dijeron, si le gustó, si no, qué estaban haciendo en el momento de que le hicieran la burla. Enseñarle a optar por alternativas cuando vuelva a suceder la situación: por ejemplo: que se retire de la situación de la burla y lo deje al burlador hablando solo, que lo escuche y él le marque el error al agresor. Otras estrategias (menos físicas y más mentales) pueden ser que minimice en su mente los malos comentarios, que no le de importancia, no deje que ingresen a su mente, que no tengan peso en sus pensamientos. Si éstas últimas estrategias le cuestan se lo puede ayudar al niño a lograrlas graficándolas, por ejemplo: ‘ esa frase fea que te dicen podes hacerla un bollito con tu pensamiento y la tiras a la basura como tiras el papel del alfajor’ , ‘podes escuchar esa frase mala y rápidamente pensar algo lindo, todo lo que yo te quiero, lo divertido que estuvo compartir ayer con los primos, etc’ ‘Podés escuchar esa frase negativa y responder (para el afuera o para vos mismo) yo no soy así, soy distinto, soy valioso’

Con el tiempo el niño debería ir independizándose de la ayuda adulta e ir logrando resolver dichas situaciones solo. Hay que tener presente que la defensa personal también se aprende. El objetivo de las diferentes estrategias de defensa es que el niño pueda ir ignorando la burla, no tomárselas personal y cuidando su autoestima.

Evitar emitir un juicio de valor a cualquiera de los dos niños (agresor y al agredido), evitar en nuestro diálogo estas frases: ‘No le des bolilla ese nene tiene problemas, es un tonto’, ‘No podes tratarlo así a Juan, no ves que es un llorón, un mal criado de su mamá’. Los adultos somos SIEMPRE EJEMPLOS.

Es importante que los docentes se comuniquen con los padres para que ellos les cuenten como se desenvuelve su niño entre pares, como resuelve los conflictos con ellos, como también es importante que los padres inviten a los amigos de su hijo a casa para observar el mismo desenvolvimiento y poder intervenir más pertinentemente.

¿SIRVEN PARA ALGO LAS BURLAS?

No es que las burlas en si mismas tengan algo positivo, pero si son situaciones – como otras de la vida real- donde los niños tienen que aprender a resolverlas y manejarlas. Si el niño lo logra, no causan daño y son una buena ocasión para aprender a defenderse de situaciones desagradables.

María Victoria Melo – Prof. de educación inicial y Lic. en ciencias de la educación –
CENTRO PEDAGÓGICO INTEGRAL MANDALA – Orientación a padres.
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