Portada » Los videojuegos: ¿daño o beneficio en los niños y adolescentes?
Los videojuegos son aplicaciones interactivas orientadas al entretenimiento que, a través de ciertos mandos o controles, permiten simular experiencias en la pantalla de un televisor, una computadora u otro dispositivo.
Jugar este tipo de aparatos electrónicos es divertido para todas las edades ya que permite desarrollar habilidades y establecer conexiones sociales. Cada vez son más los hogares que tienen uno o más dispositivos para entretenerse, sin contar los smartphones que hoy día son tan poderosos como las computadoras.
El uso de videojuegos no solo está cambiando la manera en que se relacionan las personas con la realidad que los rodea, sino también la configuración de su sistema nervioso. Jugar puede generar cambios neuronales relacionados con la estructura para las funciones cognitivas como la agilidad mental, la percepción y la memoria, por lo que realizar continuamente esta práctica ayuda a mejorar o prevenir patologías relacionadas con su deterioro.
Se ha determinado que no es recomendable jugar este tipo de aparatos antes de acostarse a dormir porque existe una estimulación del cuerpo y el cerebro, debido a que se aumenta la producción de la hormona cortisol ya que la luz azul que emiten los dispositivos confunde al cerebro haciéndole creer que todavía es de día y rápidamente se produce un bloqueo en la producción de melatonina, hormona que segrega el cuerpo unas horas antes de dormir y que contribuye al descanso.
Los videojuegos violentos provocan emociones como ira y frustración, las cuales propician el padecimiento de trastornos de depresión, ansiedad y en algunos casos se evidencian hasta conductas tímidas.
Los padres y/ o educadores tienen el deber de fomentar en los niños y adolescentes la práctica en paralelo de otro tipo de actividades, que les permitan liberar toda su energía y los apoye en su desarrollo humano, ya sea con algún tipo de deporte, hobby o lectura.
Se debe tener en cuenta, que el contacto con los videojuegos debe estar acorde a las edades de los niños.
El uso de videojuegos puede aportar diversos beneficios a los niños, pero hay que saber ponerles límites.
De 2 a 3 años, debe limitarse el tiempo de uso a una hora al día, para evitar el impacto de los videojuegos.
Se considera que desde los 3 a 12 años lo adecuado sería de una a dos horas al día. No hay una norma específica que fije un límite de tiempo o un indicador de abuso de los videojuegos. Se trata de que el cuidador busque el equilibrio.
Los videojuegos tienen grandes ventajas, siempre y cuando sean usados de manera responsable. Entre las cuales podemos mencionar: Entrenamiento y mejora de habilidades físicas y mentales, uso didáctico y terapéutico, fomentación de valores positivos, desarrollo de empatía, aumento del sentido de competencia y autoestima, promueve el trabajo en equipo.
A pesar de tener muchos beneficios este medio de entretenimiento, en muchos casos los niños, adolescentes e incluso adultos, pueden verse inmersos hora tras hora ante esta práctica que, si no es controlada y bien manejada, puede llegar a provocar un desequilibrio en su vida cotidiana que desencadenaría en una patología psiquiátrica.
La adicción a los videojuegos es un patrón de comportamiento y de pensamiento que va produciendo que el niño o el adolescente sienta la necesidad de pasar mucho tiempo jugando. Normalmente, esta dependencia no solo se plasma en el hecho de tener unas ganas inmensas de iniciar una partida en cualquier momento, sino que también se le dificulta culminarla. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la adicción ocurre cuando los niños o adolescentes son incapaces de controlar cuando juega, dónde y por cuanto tiempo, dándole prioridad a esta práctica por sobre otras actividades sociales.
Para entender como la acción de jugar con videojuegos puede convertirse en una adicción, hay que definir tres términos:
Como ocurre con muchas actividades, el uso de los videojuegos puede ser beneficioso o perjudicial dependiendo de cómo se emplee. En este sentido se pueden dar algunas recomendaciones.
Una supervisión adecuada con horarios, normas y sanciones evita que este medio de entretenimiento se transforme en un problema, así como la edad, el ambiente familiar y la madurez del niño son factores clave respecto al tiempo y organización de su relación con los videojuegos.
Los videojuegos deben usarse con moderación, incluso aunque sean como una herramienta educativa o recreativa, deben estar regulados por un horario, supervisión e incluso alternarlo con otras actividades, de esta manera se puede evitar que se convierta en un abuso o adicción.