¿Por qué la ecografía de la semana 12 es tan importante?

En la ecografía semana 12 se determinará la posición en el útero de tu bebé, permitirá escuchar los latidos cardíacos y el ecógrafo podrá medir al feto para precisar si su crecimiento es acorde a la edad gestacional calculada. Pero, podría decirse que la parte que más preocupa a futuros papás de esta exploración, es porque en ella también se pueden detectar la mayoría de las malformaciones.

En esta semana, junto a la eco, está programado que se realice una prueba importante que arrojará datos muy relevantes sobre el desarrollo de tu bebé: Triple Screening, el proceso de este test combinado consiste en una extracción de sangre materna y la realización de la ecografía.

¿Qué se busca con la prueba del Triple Screening (o cribado de cromosomopatías)?

Este test consiste en una estimación matemática que calcula el riesgo que tiene tu futuro hijo de padecer alteraciones cromosómicas, como por ejemplo la trisomía 21 (Síndrome de Down) y la trisomía 18 (Síndrome de Edwards).

A la hora de realizarlo se tendrán en cuenta tres datos:

  • La edad de la madre (la estadística dice que el riesgo incrementa con la edad de la madre).
  • Los niveles de dos proteínas fabricadas por la placenta (beta-hCG libre y PAPP-A).
  • Los datos obtenidos en la ecografía de la semana 12 sobre la anatomía fetal (tamaño del bebé, translucencia nucal, etc).

Es importante que no olvides que no es una prueba concluyente, es decir, no es un diagnóstico, sino que mide un índice de riesgo. En caso de riesgo alto tu médico te podrá recomendar realizar otros exámenes más precisos, como test de ADN fetal en sangre materna, o bien una amniocentesis o una biopsia corial, ambas técnicas invasivas, empleadas para descartar o confirmar el riesgo.

¿Cómo es tu bebé en la semana 12?

Tu bebé en la semana 12, es un embrión que mide entre 45 y 84 milímetros. Tiene el tamaño suficiente para apreciar bien su desarrollo y poder detectar posibles anomalías.

A partir de la semana 11 se pueden distinguir con claridad la cabecita, el tórax, el abdomen y las extremidades. Al embrión lo rodea una cantidad abundante de líquido amniótico, y no para de moverse, dar pataditas y agitar brazos y cabeza.

Fuente: www.mimuselina.com