Tu primer trimestre de embarazo

Los primeros meses de embarazo disparan una multiplicidad de sensaciones y emociones en toda mujer. La alegría de ser portadora y artífice de una nueva vida, se combina con los temores y ansiedades lógicos que conlleva esta experiencia. Pero el camino se allana, y hasta se torna placentero, si conocés de antemano cómo transitarlo.
TU CUERPO HABLA

Desde los inicios de tu embarazo, tu organismo experimenta cambios. Y no es para menos, lentamente se transforma en el recinto que alojará a tu bebé durante nueve meses.

La interrupción del ciclo menstrual es el síntoma que habitualmente enciende la señal de alarma y motiva a la realización de un test casero, seguido por una prueba de laboratorio que confirmará el diagnóstico. Asimismo, frecuentemente se percibe un incremento en la sensibilidad de los pechos y un oscurecimiento de la zona que bordea al pezón.
A medida que transcurre el tiempo, probablemente afloren ciertos malestares. Por la mañana, pueden presentarse náuseas, que responden a cambios hormonales. Para combatirlas, es recomendable desayunar en la cama e ingerir alimentos livianos durante el día. Los vómitos también son comunes durante el primer período del embarazo y son causados por la aversión que generan ciertos olores o sabores. Si son constantes, te podés deshidratar por lo que conviene consultar al médico, quien suele sugerir la colocación de un suero.
La mayoría de las embarazadas sufren hipersomnio, es decir, un mayor agotamiento físico acompañado por un deseo de dormir más de lo habitual. Esto se debe a que el organismo trabaja de una manera más intensa para hacer frente a las exigencias físicas y psicológicas del embarazo.

DIETA SANA Y EQUILIBRADA

En los tiempos que corren, la alimentación muchas veces pasa a ser un aspecto descuidado y atestado de malos hábitos. Sin embargo, durante el embarazo es esencial adoptar una dieta saludable. Así contarás con la energía y los nutrientes necesarios para sentirte bien y favorecer el desarrollo de los órganos y tejidos de tu bebé.

El peso promedio a aumentar durante los tres primeros meses, ronda entre uno y dos kilos. Para ello, es importante hacer caso omiso a algunos antojos e incorporar todos los grupos de alimentos: vegetales, carnes, frutas, cereales, lácteos, grasas y pecados. Los especialistas también recomiendan ingerir bastante líquido, dos litros diarios aproximadamente. Esto permitirá que te mantengas hidratada y colaborará en la formación del líquido amniótico.
En el transcurso del primer trimestre sólo tenés que tomar suplementos tales como el ácido fólico y las vitaminas C y B. El hierro y el calcio normalmente se suspenden hasta que cesen las náuseas, ya que estas podrían devenir en gastritis y causar vómitos.
Es conveniente suprimir la cafeína, que traspasa la placenta y puede afectar al feto, y las gaseosas, que producen hinchazón y contienen azúcar en exceso. El cigarrillo y el alcohol están terminantemente prohibidos, a los fines de evitar malformaciones congénitas, un parto prematuro o retardar el crecimiento fetal.

TU MÉDICO, EL MEJOR CONSEJERO

En torno al embarazo se suscitan una serie de mitos y fantasías, palabrerío carente de sustento científico. Por ello, es oportuno que le traslades todas tus dudas y miedos a tu médico. Nadie mejor que él para instruirte en esta etapa.

Ante cualquier dolencia resulta crucial que acudas en su auxilio. Tu especialista te indicará los pasos a seguir y, de ser necesario, la medicación adecuada. Muchos remedios se encuentran contraindicados en virtud de que pueden perjudicar al embrión.