El trasplante de células madre frena el avance de la esclerosis múltiple

A los ocho años del trasplante, el 60% de los pacientes con esclerosis múltiple remitente-recurrente ha mejorado su discapacidad.
El Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia ha dado a conocer los resultados de un estudio sobre los resultados de trasplantes de células madre en la forma remitente recurrente de la patología.
El trasplante de médula pretende, a través de un procedimiento de inmunodepresión muy fuerte, eliminar la respuesta inflamatoria y resetear el sistema inmunológico.

En un artículo publicado en Neurological Sciences, el grupo de investigadores confirman que, a los ocho años del trasplante, ningún paciente con esclerosis múltiple remitente-recurrente ha empeorado, y el 60% ha mejorado un punto en su discapacidad. En el caso de los pacientes que se encuentren en la fase secundaria progresiva, la fase más grave, la progresión de la enfermedad se detuvo durante dos años pero, pasado ese tiempo, volvieron a empeorar. ‘Son cifras muy relevantes en lo que se refiere a la eficacia del procedimiento’, sostiene Casanova, director de la investigación. El doctor destaca que el centro valenciano es pionero en este tratamiento con trasplante de células madre, y que la intervención ‘demuestra que tiene efectos a largo plazo, que la enfermedad no progresa, y que mejora la discapacidad’.
Por eso, para el especialista es necesario centrar la atención en los afectados en la fase más avanzada. ‘Durante los últimos años han aparecido medicamentos y tratamientos para controlar la primera fase de la enfermedad, es decir, los brotes. Incluso es posible parar o retrasar la aparición de la discapacidad, pero desde la Unidad de Esclerosis Múltiple de La Fe, hemos comprobado que la atención al paciente con discapacidad severa no está avanzado y sería un reto abordar la fase crónica para mejorar la calidad de vida’.

CAMBIO DE PARADIGMA
Recientes investigaciones como la del Hospital La Fe apuntan a un cambio en el paradigma de la esclerosis múltiple en el esquema con el que se conocen las fases de la enfermedad. Según el doctor, la distinción entre remitente-recurrente y la forma secundaria progresiva desaparecerá y habrá ambas enfermedades ‘siempre’. Para él, ‘el problema es que ahora no sabemos detectar la progresión en las fases iniciales de la enfermedad. Con la experiencia de 20 años, con los tratamientos convencionales, un 60% de pacientes, 20 años después, no han presentado progresión de su enfermedad y presentan muy poca o ninguna discapacidad, pero un 35%, a pesar de los tratamientos, han continuado progresando’.
Uno de los desafíos en la investigación que resalta el especialista es diagnosticar la progresión de la esclerosis antes de que sea evidente desde el punto de vista clínico. Para ello, se están impulsando métodos de detección precoz mediante estudios de resonancia magnética y biomarcadores. ‘La progresión existe desde el principio y además existen brotes. Dos tercios de los pacientes siempre van a ser remitentes-recurrentes y el resto, aunque empiezan con un brote, ya son progresivos secundarios’.

Fuente: Neurological Sciences.